martes, 19 de abril de 2011

Dicen los chamanes del México antiguo

EL LADO ACTIVO DEL INFINITO - Carlos Castaneda. http://www.formarse.com.ar/
Tenemos un predador que vino y tomó control sobre nuestras vidas; los seres humanos son sus prisioneros.
El predador es nuestro Amo y Señor. Nos ha vuelto dóciles, indefensos. Si queremos protestar, suprime nuestras protestas. Si queremos actuar independientemente, nos ordena que no lo hagamos…
Tomaron posesión de nosotros para que les satisfagamos sus necesidades y gustos y nos exprimen sin compasión porque somos su sustento. Así como nosotros criamos gallinas en gallineros, así también ellos nos crían en humaneros. Por lo tanto, siempre tienen satisfacción a su alcance…
Los chamanes dicen que los predadores nos han dado nuestro sistemas de creencias, nuestras ideas acerca del bien y el mal, nuestras costumbres sociales. Ellos son los que establecieron nuestras esperanzas y expectativas, nuestros sueños de triunfo y fracaso. Nos otorgaron la codicia, la mezquindad y la cobardía. Es el predador el que nos hace complacientes, rutinarios y egomaniáticos.
Para mantenernos obedientes, dóciles y débiles los predadores se involucraron en una maniobra horrible desde el punto de vista de quien la sufre: ¡nos inculcaron sus ideas! Los predadores nos dieron sus ideas, que se volvieron nuestras ideas. Y las ideas del predador son barrocas, contradictorias, mórbidas, llena de miedo a ser descubierta su ilegitimidad y falsedad en cualquier momento.
- "Aunque nunca hayamos sufrido hambre tenemos unas ansias continuas de comer, lo cual no es sino las ansias del predador que teme que en cualquier momento su maniobra sea descubierta y la comida le sea negada".
A través de la mente, que después de todo es su mente, los predadores inyectan en nuestras vidas lo que sea conveniente para ellos, y se garantizan a ellos mismos, de esta manera, un grado de seguridad que actúa como amortiguador de su miedo.
Los chamanes ven a los niños humanos como extrañas bolas luminosas de energía, cubiertas de arriba a abajo con una capa brillante, algo así como una cobertura plástica que se ajusta de forma ceñida sobre su capullo de energía.
Capullo de energía:
Esa capa límpida y brillante de conciencia es lo que los predadores consumen, y que cuando un ser humano llega a ser adulto todo lo que queda de esa capa brillante de conciencia es una angosta franja que se eleva desde el suelo hasta por encima de los dedos de los pies. Esa franja permite al ser humano continuar vivo, pero sólo apenas.
Esta angosta franja de conciencia es el epicentro donde estamos atrapado sin remedio. Aprovechándose del único punto de conciencia que nos queda, los predadores crean llamaradas de conciencia que proceden a consumir de manera despiadada y predatorial: nos otorgan problemas banales que fuerzan a esas llamaradas de conciencia a crecer, y de esa manera nos mantienen vivos para alimentarse con la llamarada energética de nuestras seudo preocupaciones…
Y no nos enfrentamos a un predador simple; es muy ingenioso, y es organizado. Sigue un sistema metódico para volvernos inútiles.
El hombre, el ser mágico que es nuestro destino alcanzar, ya no es mágico; es un pedazo de carne. No hay más sueños para el hombre sino los sueños de un animal que está siendo criado para volverse un pedazo de carne: trillado, convencional, imbécil…
Este predador se nos hace invisible, pero creo que de niños sí los vemos, y decidimos que son tan terroríficos que no queremos pensar en ellos. Los niños podrían, por supuesto, decidir enfocarse en esa visión, pero todo el mundo a su alrededor lo disuade de hacerlo.
La única alternativa que le queda a la humanidad es la disciplina. La disciplina es el único repelente. Pero con disciplina no me refiero a arduas rutinas. No me refiero a levantarse cada mañana a las 5:30 am y a darte baños de agua helada hasta ponerte azul.
Los chamanes entienden por disciplina la capacidad de enfrentar con serenidad circunstancias que no están incluidas en nuestras expectativas. Para ellos, la disciplina es un arte: el arte de enfrentarse al infinito sin vacilar, no porque sean fuertes y duros, sino porque están llenos de asombro.
Los chamanes dicen que la disciplina hace que la capa brillante de conciencia se vuelva desabrida al predador. El resultado es que los predadores se desconciertan. Una capa brillante de conciencia que sea incomible no es parte de su cognición, supongo. Una vez desconcertados, no les queda otra opción que descontinuar su nefasta tarea.
"Si los predadores no nos comen nuestra capa brillante de conciencia durante un tiempo, ésta seguirá creciendo.
Simplificando este asunto en extremo, te puedo decir que los chamanes, por medio de su disciplina, empujan a los predadores lo suficientemente lejos para permitir que su capa brillante de conciencia crezca más allá del nivel de los dedos de los pies.
Una vez que pasa este nivel, crece hasta su tamaño natural.
Los chamanes del México antiguo decían que la capa brillante de conciencia es como un árbol. Si no se lo poda, crece hasta su tamaño y volumen naturales. A medida que la conciencia alcanza niveles más altos que los dedos de los pies, tremendas maniobras de percepción se vuelven cosa corriente.
"El gran truco de esos chamanes de tiempos antiguos era sobrecargar la mente del predador con disciplina. Descubrieron que si agotaban la mente del predador con silencio interno, la instalación foránea saldría corriendo, dando al practicante envuelto en tal maniobra la total certeza del origen foráneo de la mente. La instalación foránea vuelve, te aseguro, pero no con la misma fuerza, y comienza un proceso en que la huida de la mente del predador se vuelve rutina, hasta que un día desaparece de forma permanente. ¡Un día de lo más triste! Ése es el día en que tienes que contar con tus propios recursos, que son prácticamente nulos. No hay nadie que te diga qué hacer. No hay una mente de origen foráneo que te dicte las imbecilidades a las que estás habituado.
Mi maestro, el nagual Julián, les advertía a todos sus discípulos, que éste era el día más duro en la vida de un chamán, pues la verdadera mente que nos pertenece, la suma total de todas nuestras experiencias, después de toda una vida de dominación se ha vuelto tímida, insegura y evasiva. Personalmente, puedo decirte que la verdadera batalla de un chamán comienza en ese momento. El resto es mera preparación…
Voy a revelar uno de los secretos más extraordinarios de la brujería. Voy a describir un hallazgo que les tomó a los chamanes miles de años para verificar y consolidar: La mente del predador huye para siempre cuando un chamán logra asirse a la fuerza vibradora que nos mantiene unidos como conglomerado de fibras energéticas.
Si un chamán mantiene esa presión durante suficiente tiempo, la mente del predador huye derrotada.

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